miércoles, 17 de octubre de 2012

Las aves en los libros de Darwin



Las aves en el Diario de un naturalista alrededor del mundo: 1

En esta serie vamos a rescatar de entre las páginas del “Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo (en el navío de S.M. “Beagle”)”, publicado por de Charles Darwin en 1839, los retazos que hablan sobre la avifauna que encontró en este viaje. Veremos a lo largo de la serie como habla de algunas especies que después usaría en su libro de “El origen de las especies” para ilustrar sus ideas sobre la evolución (dedicaremos una serie a esas partes del libro más adelante).
Decir que en la traducción me he esmerado sobre todo en la asignación actual de las especies, punto débil de muchas de las publicaciones en español de este libro. En el texto aparece entre corchetes los comentarios ajenos al texto original, donde, por ejemplo, asignamos el nombre linneano actual para una especie concreta.


Capítulo primero

Santiago. Islas de Cabo Verde

Pocos seres vivos moran esos valles. El ave más común es un Martín pescador (Dacelo Iagoensis) [parece ser que esta especie se trata de la identificada actualmente como Halcyon leucocephala] que se posa mansamente en las ramas de ricino y desde allí se tira a por los saltamontes y lagartos. Su plumaje es de brillantes colores, pero no tan bellos como el de la especie europea, diferenciándose, además, en el vuelo, hábitos y lugares donde habita,  que son por lo general los valles más secos.




Martín pescador propio de la isla de Cabo Verde

Peñas de San Pablo

En San Pablo sólo encontramos dos especies de aves: Sula sula [Alcatraz patirrojo, propio del Nuevo Mundo, donde se distribuye desde El Caribe a la costa Norte de Brasil, y desde Perú a Mexico, incluidas las Islas Galápagos] y Anous stolidus [Charrán pardo, que tiene una gran distribución en los mares del Sur, y tiene varias subespecies, una es propia de Las Galápagos].


Alcatraz patirrojo

La primera es una especie de aves guanera y la segunda un estérnido. Ambas son mansas y tontas, estando tan poco acostumbradas al hombre que pude matar varias con mi martillo de geólogo. El Alcatraz pone sus huevos en la roca desnuda, pero el estérnido hace un nido sencillo con algas. Al lado de estos nidos había un pequeño pez volador, que supongo que llevado por el macho para tenerlo de compañero. Era divertido ver la rapidez con que un gran y ágil cangrejo (Grapsus), robaba el pez junto al nido una vez había espantado a los padres. Sir W. Simonds, una de las pocas personas que ha desembarcado aquí, dice haber visto a los cangrejos arrastrar de los nidos a los pollos y devorarlos. [...]


Charrán pardo o Gaviotín de San Felix



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