Silbón europeo (Anas penelope) y la mujer de Ulises
Para esta especie la asignación de penelope responde a criterios conductuales. Al parecer estas aves
son monógamas, y mantienen sus lazos incluso durante el invierno. La fidelidad
es una característica a destacar entre las anátidas, fiel también se mantuvo Penélope a su amado Odiseo
(Ulises para los romanos, y los seguidores de la serie de dibujos de los 80, Ulises 31), del que Horemo escribió el
gran libro de aventuras que es La Odisea.
Penélope era hija del rey espartano Icario. Su marido, con
motivo de la guerra de Troya falto del hogar conyugal sito en Ítaca, nada más y
nada menos, que veinte años.
Como el marido tardaba en regresar, y era muy grande la
fortuna de esta familia, comenzaron a llegar pretendientes para ocupar el
puesto libre. Penélope, no quería tomar un nuevo marido por que confiaba que el
legítimo acabaría regresando, para no tomar segundas nupcias puso la excusa de
tener que terminar de hacer la mortaja para su suegro Laertes (no estaba
muerto, era para regalárselo y darle una sorpresa). Por el día tejía, por la noche
deshacía la labor, así tendría tiempo para esperar la llegada de Odiseo.
El tiempo pasaba, pero la traición de una sirvienta
descubrió el pastel, así que, bajo vigilancia, terminó la mortaja. Tenía que
elegir marido entre los pretendientes.
Penélope estaba entre la espada y la pared, cuando llegó un
desconocido que mató a los ansiosos pretendientes. ¿Quién era el desconocido?
¿Sería otro pretendiente? El extraño, después de poner a prueba la fidelidad de
Penélope, resultó ser el mismísimo Odiseo que disfrazado (hay quien dice que de mendigo) que quiso comprobar si su
mujer era de fiar.
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El regreso de Odiseo |
Esta historia, bien a través de los clásicos, o bien través
de la trasmisión de cuentos antiquísimos por tradición oral, aún se mantiene
viva en el romancero tradicional, y encontramos ejemplos bajo el nombre de La esposa fiel o La ausencia, que esta hace no mucho cantaban las abuelas alrededor
del hogar.
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