jueves, 1 de noviembre de 2012

Las aves en la mitología clásica: Dedalión el gavilán



Dedalión  el gavilán

           Dedalión era el hijo del lucero del alba, Fósforo (Lucifer en latín), la verdad es que el no tenía un carácter lo que se dice apacible, entre sus aficiones estaban la caza y la lucha.  
           La historia es que Hermes y Apolo se enamoraron de su hija, Quíone, y al final como sucede en muchas de las historias griegas acaban “yaciendo” con ella, dejándola en cinta de gemelos (para más inri), aunque de distinto padre: Autólico hijo de Hermes, y Filamón de Apolo.
Hermes y Quíone (no apto para menores)

Quíone, debía ser muy bella, dado que encandiló a los dos dioses, pero también se le subió a la cabeza pues presumía de ser más bella que Artemisa (diosa aficionada a la caza, la Diana latina). Error fatal, la diosa la mató de un flechazo. 

La muerte de Quíone

Dedalión sintió tanto dolor que trató de suicidarse lanzándose desde un acantilado, aunque Apolo antes de la caída lo transforma Gavilán, de ahí que éste sea un ave de “instintos agresivos”.
Algunos autores hablan de que lo transformaron en Milano, pero por los escritos sabemos que al menos debía ser un ave del género Accipiter, dentro los escritos de la lengua castellana encontramos, por ejemplo, los Morales de Ovidio de Alfonso Gómez de Zamora, escrito en 1452, donde nos recuerda al hablar del pecado del suicidio:
de commo la mato djana
 su padre dedalion en açor se mudo.

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