Es muy común que
en el proceso de normalización de los nombres de aves (u otros organismos) se
produzcan equivocaciones, que una vez consolidados tienen difícil solución, así
es que, en muchos casos, se adopta un nombre para un ave, que aun siendo uno de
los que la denomina también se aplica para otra especie de un grupo diferente,
un ejemplo, la voz Charrán se aplica a las especies del género Sterna, que son aves marinas
relacionadas con las gaviotas, pero en Asturies, por ejemplo, se usa, en una
zona concreta, para nombrar a un Cettia
cetti, paseriforme vinculado a los carrizos. El caso del que nos vamos a
ocupar tiene más miga que el anterior, ya que el nombre adoptado fue traducción
del nombre taxonómico latín, el resultado de esta traducción fue un nombre que
ya existía para otra especies distinta.
Cuando la
Sociedad Española de Ornitología publicó en 1954 el Prontuario de la avifauna española, incluyó la primera lista patrón
de las aves españolas. En esta adoptan la voz Frailecillo para Fratercula arctica, a través de la
traducción directa del nombre científico establecido por Brisson en 1760, sin
tener en cuenta que en la tradición ibérica había un ave con ese nombre; un
ave, por cierto, bastante separada taxonómicamente de Fratercula, se trata de la que ellos nombraron Avefría europea (Vanellus vanellus).
La voz
Frailecillo para nombrar a Vanellus
vanellus aparece ya en 1495 en el Diccionario
español latino de Nebrija, como sinonimia de Avefría, el texto dice:
Fraylecillo: el ave
fría
También se cita
como presa de las rapaces en el Libro de
cetrería de Luis Zapate (1583)
[y con buena uianda palominos
auiones pequeñinos y cercetas
flayrezillos
negretas]
[esta aues la picaça y la cerceta
el truello la negreta
el flayrezillo]
Más tarde
es Martínez Espinar quien lo cita en Arte de la ballesteria y monteria (1644):
De la Abutardas, Sisones, Gangas, Ortegas, Alcarabanes, Zarapitos, Fraylecillos, y Chorlitos
Es más, el autor
además de describirla nos habla de la etimología del nombre:
[Ay otras aves menores que estas [se
refiere a los alcarabanes], y de
diferente color: la capa es negra, y el pecho es blanco, parece habito de
fraile Dominico: en la cabeza tienen unas plumas largas como plumage, que las
hermosean, y unos los llaman Fraylecillos;
otros auesfrias, que no quiero cansar al lector con ellas, ni tienen cosa
particular que se diga.]
Parece ser que
el nombre perdió uso, en favor de Avefría, y apenas encontramos referencias
actuales que citen a Vanellus vanellus
como Frailecillo o similar, sólo lo encontramos como Frauliño en la Extremadura
que hace frontera con Portugal, y como Fraret en el dominio del Catalán (debido
al mismo motivo, es decir plumaje negro en espalda y blanco el resto, aparece
Fraile y Frailecillo para nombrar a Himantopus
himantopus, Cigüeñuela en las marismas del Guadalquivir).
No obstante, el
olvido de la forma Frailecillo para V.
vanellus no parece que haya sido hace mucho tiempo pues en las ediciones de
los años 60 del Diccionario de la Real Academia de la Lengua asignan
Frailecillo sóla a “Avefría”, y en los 90 asigna las dos especies.
Entonces si la
Avefría era Frailecillo, al Frailecillo, ¿cómo se le llamaba? La verdad es que
no era un ave muy conocida, de ahí que se le pusiese un nombre adaptado del latín, que, por cierto, Brisson puso por los mismos motivos que la voz castellana para Vanellus, por el plumaje con "habito de flaire Dominico".
La especie marina no aparece en los tratados viejos,
ya que en muchos casos son escritos por hidalgos de tierra a dentro, y este ave es
de mar adentro. No obstante, existen varios nombres (recopilados en la
actualidad) que se le dan en la costa norte, y que lo vinculan con el Gallo.
Así en Asturies todavía hay quien lo llama Gallu en varios puertos de la costa
central; en Galiza es Galo mariño en A Coruña, y Galo do mar en Lugo, incluso
en Portugal la voz normalizada es Papagayo do mar. No sabemos muy bien porque
el símil con el Gallo doméstico, quizás por los vivos colores de su pico, o
quizás sea por otro motivo.
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