Perdix (Perdiz en griego) era sobrino de
Dédalo, y primo de Ícaro (el que se mató volando con unas alas de cera al
intentar alcanzar el sol). Dédalo, tenía un taller en Atenas, y en el tenía
como aprendiz a Perdix. El chico era tenía mucho talento, por que parece ser
que había inventado la sierra, el compás, el torno de alfarero...
Dédalo, que
no era tan listo como él, le tenía envidia, así que un día estando en lo más
alto de la acrópolis de Atenas, lo empujó al vacío. No llegó a estrellarse al
suelo, ya que Atenea (diosa de la sabiduría, entre otras cosas) lo transformó
en Perdiz, por lo que con su revoloteo torpe logró frenar la caída y evitar una
muerte segura. Por ello, según dicen, estas aves no vuelan mucho, hacen el nido
en el suelo y no se suben a lugares altos, por que aún recuerdan de la que se
libró en aquella ocasión Perdix.
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