El Francolín (Francolinus
francolinus)
Aunque esta
especie no es propia de la Península Ibérica (es originaria del Asia Menor) fue
objeto de varias introducciones como pieza de caza, nunca llegó a
“naturalizarse”, a diferencia de lo que sucedió con el Faisán (Phaisanus colchinus), que lleva
establecido en nuestras tierras desde la Edad Media.
El tiempo
ha hecho que esta especie, que algún día trataron de introducir, halla
desaparecido de la memoria colectiva, es por ello que vamos a recordarla a
través de dos textos del siglo XVII (que bien podían ser las guías de campo de
la época) que nos hablan de ella.
El primer
extracto procede del libro del año 1617 del canónigo Francisco Marcuello
titulado “Primera parte de la Historia
Natural y Moral de las Aves”. Esta obra, como otras muchas de la época, y
las anteriores, tiene sobre todo un fin moralizador, en este caso usa las aves
como excusa para inculcar los valores morales del “buen cristiano”, en cuanto a
las descripciones de las especies deja mucho que desear, pues son copia de lo
que dijeron o escribieron los clásicos, por lo que están llenos de leyendas,
creencias y falsas informaciones; así entre las aves descrita en el libro nombra
al Pegaso, al Vulpanser (híbrido de Zorro y Ansar), el Opimaco (un ave con
cuatro patas) entre otros monstruos fabulosos (ya dedicaremos una nota a estos
monstruos). Respecto al Francolín dice:
El Francolín llamado en latin Atageus o
Attagena, en Italiano Francolino, en Alemán Felhun, y en Frances Francolin; es
un aua pintada de muchas colores, y celebrada entre las apacibles al gusto,
como lo dize Marcial en este distico:
Inter sapores
fertum alitum primus
Ionicarum gustus
Attagenarum
Plinio escriue en otro tiempo era
estimado el Francolin entre las aues raras; que aunque son celebres los
Francolines de Ionia, donde ay mucha abundancia dellos, pero que tambien lo son
los de Francia y espeña. Son los Francolines de las aves que se uan en invierno
a las tierras calientes, y assi en verano se ven muchos en Aragon por las
riberas de Hebro, y en Valencia en las del Turia; quando cantan cierran lo
sojos, y por esso aguardan los caçadores que canten, para tirarles entonces con
la escopeta. Plinio les llama vocales, y a lo que creo, porque cantando
pronuncian la voz Peret, peret. En viendose cautiuos enmudecen , temiendo por
ventura no les venga por el canto, que los descubrio, otra mayor desventura que
la passada. Suidas llama al Francolin ave asiatica; porque esta Ionia en la
Asia menor entre Caria y Atolia, donde es contada entre las aues nobles, y
entre las mejores para comer; y aun por ser ave noble entiendo que la llamamos
en España Francolin, por que es franca como los nobles. Aristoteles solo dize
della, que es de las aues que buelan cerca de tierra, y se esttregan, y limpian
con ella como la Gallina y la Perdiz.
El Francolín fue especie elogiada por los romanos
Detalle de Francolines en un mosaico de una villa romana
Omitimos la
parte referente a la moralidad del Francolín, que Marcuello extiende durante
dos folios, citando la Biblia y dando vueltas a la idea de que el Francolín
cuando está preso no canta (por cierto, ese dato es posible que se lo inventase
para tener algo a lo que dar vuelta), pues ese fue su pecado, y no quiere
recaer en él.
El
siguiente texto (ojo al título que trae cola) que nos habla con extensión de la
especie es el “Arte de la Ballestería, y
Montería, escrita con método, para escvsar la fatiga que ocasiona la
ignorancia” de Alonso Martínez Espinar (ayuda de cámara del que era
príncipe Felipe de Austria, el futuro Felipe II) publicado en 1644. Es un libro
de gran interés, ya que es una guía completa de las arte de caza que se usaban
en la época, y además (en la segunda parte) se habla de forma detenida de la
biología, costumbres y métodos para cazar a las aves y mamíferos más comunes de
la Península en aquella época, para mi es la primer guía de aves similar a las
modernas, con la salvedad que hoy no nos hablan de como masacrar a estas
especies.
Del Francolín nos dice:
El Francolin es mayor algo que la
Perdiz; son pintados de pardo escuro, y gamuzado; cortos de pluma con ella; es
su buelo mas pesado, aunque a aquel modo, porque son aves de mucha carne: su
canto suena como, Queries cerecitas tres; y esto lo repite tres veces: crian en
las tierras; son muy amigos del monte baxo, juncares, çarçales, y tierra llana,
y sotos, y riberas: sustentase de semillas, y yeruas; escondese mucho, y son
muy malos de ver, por ser de color de tierra: guardan siempre la querencia de
la espesura, apartandose muy poco della; y aunque salen a los sembrados, al primer
buelo bueluen a ella, que es aue, que no se detiene en el aire, sino que buela,
y se asienta, y apeona mucho. Matanse estas aues con los Halcones, y perros,
que tienen el rastro aun mas viuo para ellas, que la Perdiz, y assi las siguen
mucho, y las paran, y son faciles de matar con el arcabuz; por que el buelo que
tienen es derecho, y floxo: matanlas a rebuelo entrando unos a leuantarlas, y
estando otros en las caidas, y como son pesadas, a segundo buels las toman,
comko los Faisanes: para librarse de la persecución de los piojuelos toman
continuamente tierra; matanlas con la red, que llamamos Tiraza; la qual le
echan encima en teniendole parado el perro, y aguardan muy bien a estos: es muy
gustosa su carne, y la tienen por una de las de mayor regalo: son muy fecundos,
sacan tantos hijos como la perdiz, y en los mismos dias, y tienen el nido en la
tierra muy escondido. El Señor D. Felipe Segundo, de gloriosa memoria, los hizo
traer de Aragón, y los mando echar en Aranjuez, y en la Casa de Campo, y no ha
preualecido ninguno.
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