martes, 1 de octubre de 2013

Las aves en los viajes de Marco Polo: el bagherlac




          Aunque no es una obra ibérica vamos a comenzar un serie sobre el libro de Viajes de Marco Polo titulado: El Libro del Millón de costeras de Oriente: Japón, India, Sri Lanka y el Sudeste de Asia, así como la costa oriental de África. El cuarto libro trata de las guerras que mantuvieron poco antes entre sí los mongoles, y describe también algunas regiones bastante más al norte, como Rusia, editado en 1298, o mejor dicho sobre algunas referencias a la aves que aparecen en él. Fue escrito en provenzal, y hasta el siglo XVI no se editaron versiones en castellano. Fue un libro revolucionario para la época, la cerrada Edad Media, y aunque está lleno de fantasías y exageraciones, tiene un gran interés histórico, etnográfico y científico. Pero vamos a lo que nos interesa: las aves.
            En la parte que habla de Imperio de Kublai Khan, y en el capítulo que describe una región recóndita rodeada de montañas, como el Karacorum o los montes de Altai, llamada la llanura de Bargú, encontramos el siguiente fragmento:

“en su ribera hay una alta montaña donde anidan los azores y halcones; pero nadie vive en esa región, ni hombre ni mujer ni ave ni otro animal, salvo los halcones y una especie de pájaro llamada bagherlac, de la que se alimentan. Esos pájaros son como perdices de grandes y sus patas asemejan las de los loros, su cola es como la de los milanos y se comportan de forma vivaz, por lo que los halcones han de ser muy rápidos para cazarlas.”

            En muchas de las traducciones castellanas del libro de Marco Polo estas aves aparecen con ese nombre sin asignarle un nombre patrón castellano o un nombre binomial, ¿que especie es el bagherlac?  Después de consultar varias fuentes, la que nos ha orientado mejor son los volúmenes del  libro Notes on Marco Polo de Paul Pelliot (editados en 1959, 1963 y 1973). Por lo que dice es muy posible que se trate de la Ganga tibetana (Syrrhaptes tibetanus), especie que cría en la meseta pedregosa del Tibet y en varios lugares del centro de Asia. Además de estar presente en la zona de citaba Marco, hay otros rasgos que coinciden: su vuelo es muy rápido, su patas se parecen a las de los loros por estar emplumadas , y su cola es horquillada, aunque no como la de los milanos, sino como la de las golondrina, como dos grandes apéndices en forma de horca larga.

Por cierto, según Pelliot el nombre de Bagherlac vendría algo así como “perdiz, o similar” de Bargú.

          

viernes, 29 de marzo de 2013

Aves olvidadas: ¿Paviota o gaviota?




            Hace tiempo en otro artículo menté, entre otras aves que citaba Luis Zapate en su libro de cetrería (1583), a la paviota asignando al género Larus, durante un tiempo consideré que esta voz era una errata o un error del autor, que en realidad quiso decir gaviota; cual iba a ser mi sorpresa cuando leyendo el Arcicpreste de Talavera (1438), de Alfonso Martínez de Toledo, me volví a encontrar con esa voz, usada para referirse no a aves sino a mujeres tan vocingleras y gárrulas como las gaviotas, dice el pasaje:

Una destas viejas paviotas arreada a menester toda una plaça con grand rreçaga de mugeres, muchos onbres delante: "¡Fija de puta, Marica, estiende byen esa falda!" A las vezes fazen como por yerro que alçan la falda por mostrar el chapín, o algund poco de la pierna; miran luego, como que la vieron e non se lo cuydava, e suelta la falda e abaxa los ojos de muy vergonçosa; bien sabe, pero, qué faze. Sy por casa anda en saya, faze que se abaxa a tomar de tierra alguna cosa por mostrar los çancajos e grand forma de nalgas con loçanía e orgullo, por ser deseada de aquel que es mirada o a quien tal muestra faze. Por donde, dize un sabidor, Tholomeo: "Sobervia e orgullo siguen la fermosura"; la que es fermosa e de grand cuerpo es de grand orgullo e sobervia acompañada, asý onbre como muger

            Me sorprendió volver a encontrar esta acepción, así que me puse a buscar más paviotas entre las obras clásicas españolas.
            En una obra académica posterior a la referencia del Arciprete de Talavera, Traducción de El Libro de Propietatibus Rerum de Bartolomé Anglicus (1494) de Fray Vicente de Burgos, volvemos a encontrárnosla:

De los huevos de la paviota. Capitulo cii.
Esta ave haze muchos huevos pequeños calientes & pintados & blancos & poco diferentes de los huevos de las anades que son en los rios & arroyos

            Como vemos está última referencia ya nos apunta que es un ave vinculada a los medios acuáticos, otras referencias también lo hacen, y como esta las sitúan al lado de las anátidas, así aparece como ingrediente para una fórmula para hacer un ungüento, que nos describe el Suma de la flor de cirugía (1500), de Fernando de Cordoba.

 Otrosi toma agua de sandias, e de vatas, e de calabaças, e de cogonbros, e pepinos, todo esto destilado por alquitara; e pon a cozer en este agua, quantas enxudias pudieres aver de aves que andan en los rios, asi como de anades, e de paviotas, e de cercetas, e de mancocos, e de semejantes dellas tanto cuegan fasta que mengüen las aguas e finquen los ungüentos como manteca. E con esto unta. E, si no, con todo esto ponle este enplasto: toma una onça de apio e desuelvelo con una libra de leche de asno; e pon en esta leche meollo de un pan callente de adarmaga; e pongelo encima de gota callente e, si fuere en las partes de yuso, vazia la materia; con esto le dad receta de nenufar, e de alcohela, e de violetas, de cada un una onça; de linueza, e de alfofa quarta de onça; e saca de acelgas dos oncas, e cañafistola e magan, de cada uno una onça. E todo sea encorporado en uno e de la decocion e desto le faltan cristeles.
E si el dolor fuere en los lomos, traigan cosigo esta cura:
In nomine Patris et Filii e Spiritu Santi amen. Zazauera zaueta gragutani zarazabel zera griciel grizeguta
            Ya dentro del siglo XVI llegamos a la obra citada al principio, El Libro de cetrería (1583), de Luis Zapate, cita estas aves como presas de varias rapaces:

[ buharros quantos uia y a la mano
cueruo caluo, y milano, {y} pardo y blanco
alcarauan lauanco y como mota
lechuza y pauiota en grande altura
martinete a la escura noche fria ]


[ pueblo altanero y loco y de ruyn pecho
son estos de prouecho para caça
mas le ve, la picaça la grajuela
cuerua y lechuza y buela altaneria
y la cerçeteria y Paviota ]

            Ciertamente, los fragmentos que tenemos no nos especifican muchos sobre que aves concretas son, tenemos que ir hasta 1644, Martínez del Espinar habla de estas aves en el capítulo 33 del Arte de la ballestería y montería:

De la generación de las Paviotas ay muchas diferencias unas blancas mui semejantes a Palomas; otras mayores del cuerpo de un Milano , ù poco menos. Tiene las alas cenicientas y el cuerpo mas claro: la cabeza y las piernas negras. Otras tienen las piernas y el pico mui colorado; y todas tienen los pies palmeados: las alas largas y las piernas cortas. Sustentanse de sabandijas y mariscos del agua, y se zambullen debaxo para pescar estas sabandijas: crian en las orillas del mar, en peñas y rocas altas, en partes que dificultosamente les pueden coger los hijos: son de su naturaleza vocingleras: es de ningún provecho su carne, y pluma.


            No sabemos la extensión del uso popular de la voz, ya que no parece conservarse entre los nombres vernáculos, quizá la voz Pavana que nombre a Larus en Málaga. Tampoco sabemos si fue un error que cometió algún autor, y los demás se copiaron unos a otros (como solían acostumbrar). Una cosa está clara, los diccionarios de la Real Academia de la Lengua Española recogen la voz. En la primera edición (1737) transcriben el textos de Martínez del Espinar tal cual, en los actuales (última edición inclusive) redirigen a la voz gaviota.




Las aves en el Vokabulario de refranes de Korreas 2: Buitres




La lectura de refraneros antiguos en muchas ocasiones nos da pistas del significado de algunos, 
que aunque hoy están en eso, nos resulta difícil explicar como se originaron. Korreas recogió un 
refrán, en su colección de refranes y proverbios,  que está relacionado con el refrán Más vale 
pájaro en mano que ciento volando, incluso puede que este derive del que el autor del  
Vokabulario de refranes recogió, dice así:
 
                             Más vale pájaro en mano que buitre volando.

Hoy puede resultarnos un tanto absurdo este refrán, pero el mismo Eduardo Korreas 
aclara:
              El sentido común es que vale más poco en la mano seguro, que mucho 
              incierto;ó un pájaro cualquiera, que no un buitre volando por asir. Parece 
              que salió este refrán de la volatería, en que es mejor tenerse el halcón en la 
              mano que soltarle á un buitre y andarle volando, que es mala ave y poderosa,
              á matar el halcon.

 
La caza de los buitres fue, antaño, bastante común (incluso el rey se dedicaba a este 
entretenimiento), los cazaban con halcones como los que menciona Korreas, o por 
medio de otra técnica, basada en ponerles cebo en el suelo, y después de artos de comida, 
los mataban a garrotazos o pedradas, ya que no podían levantarse volando de lo pesados
que estaban, por haber comido tanto. En relación a esta técnica, Korreas recogió dos refranes, 
que en su sentido figurado se refiere a poner una trampa a una persona para engañarla:
 
                                               Acudir como buitres al cebo.
 
                                         Cebo de azuelo y carne de buitrera. 
 
Sobre el último proverbio dice Eduardo Korreas:
 
Que el cebo del anzuelo es engañoso como la carne de buitrera, que se 
pone con el lazo para engañar y cazar los buitres y otros animales que 
uno y otro es parecido, conforme al otro: «pan de boda, carne de 
buitrera».

jueves, 28 de marzo de 2013

Las aves en la mitología clásica: Algunos mitos clásicos relacionados con la lechuza.




    Aunque en la mitología griega Atenea se la simbolizaba como una lechuza u otro búho, lo que explica, por ejemplo, algunas creencias que aun siguen arraigadas entre nosotros, como la relación de los búhos con el saber, debido a que Atenea era la diosa de la sabiduría, también era la de la vida y la muerte, de ahí el vínculo con la muerte que aun se le da en nuestros pueblos a este grupo de aves, no obstante, sobre  Atenea y los búhos hablaremos más adelante, en otro capítulo, hoy vamos repasar las historias de Nyctímene y Ascálafo dos personajes griegos que, cada uno por un motivo u otro terminaron transformados en lechuza.

     Nyctímine, que en griego viene a significar “la de la noche” o “la nocturna” (νυκτι: noche, esta raíz también aparece, como ya vimos en la sección del origen de los nombres científicos, en la voz latina asignada al Martinete, Nycticorax o cuervo de la noche), era hija de Epopeo, que por aquel momento era rey de Lesbos. Parece ser que, como siempre en los mitos griegos, Nyctímine yació con su padre, unos dicen que a la fuerza y otros de por voluntad propia, sea como fuere, cuando el mal ya estaba hecho, la chica guiada por una gran vergüenza se escapó a los bosque de Lesbos, para escapar de su padre, Atenea al ver en el apuro en el que estaba Nyctímine quiso ayudarla, y la convirtió en lechuza, por eso, según los griegos, salen las lechuzas por la noche, cuando nadie las ve, por pura vergüenza; la voz de la lechuza, que es como un quejido, son los llantos de la apesadumbrada Nyctímine.

Nyctímine en el momento de su transformación después de yacer con su padre

     Si a Nyctímine la transformaron para ayudarla, a Ascáfalo lo convirtieron como castigo, por ser un chivato. Ascálafo,  era hijo de una ninfa del Estige y de Aqueronte. Cuando Hades (dios del mundo de ultratumba) secuestró a Perséfone,  Zeus dijó que debía liberarla para que volviese junto a su madre. Hades aceptó con una condición, que Perséfono no hubiese comido nada en su estancia en Hares (el reino de ultratumba). En principio no había comido nada por lo que debía dejarla marchar, es cuando entra en escena Ascáfalo, que vivía en el ultramundo, y declaró que había visto a Perséfone comer unos gajos de granada, por lo que Perséfone hubo de permanecer junto a su “marido”. La madre de Perséfone, Deméter, la pagó con Ascáfalo transformándolo en lechuza, condenándolo a vagar por siempre en las sombras de la noche.  Me pregunto yo, ¿ acaso no es un agravio comparativo el que a Nyctímine la transformasen, para ayudarla, en lo mismo que a otro para castigarlo? Estos dioses, están locos...

miércoles, 27 de marzo de 2013

Las aves en el Vokabulario de refranes de Korreas 1: anátidas

     
En el siglo XVII Gonzalo Korreas Iñigo (ortógrafo andaluz que trató de imponer una serie de 
normas que pretendían simplificar la escritura castellana, eliminando ambigüedades que inducen a 
las faltas ortográficas, así, proponía usar la “k” para la “c” fuerte y la “q”), editó su Vokabulario de 
refranes y frases proverbiales  (1627), en el encontramos cientos y cientos de refranes, algunos aun 
seguimos usándolos, otros se perdieron por el camino, entre todos hallamos bastantes que hacen
referencia al tema que nos ocupa en este blog, las aves en la literatura antigua. Creo que será de vuestro 
interés esta pequeña serie sobre las aves en los refranes de Korreas, Vamos a ir viéndolas en orden 
taxonómico, por lo que este primer capítulo lo dedicamos a las anátidas (patos y afines).
Comenzamos con los ánsares o gansos con uno que tiene historia detrás de él:
 
                                              La gansa de Cantimpalos, que salía
al lobo al camino.
 
también lo escribe como:
 
El ánsar de Cantimplora, que salió
al lobo al camino.

  Al parecer, según el mismo Korreas, este refrán tiene origen en una historia tradicional, dice: 
 
Los de este lugar cuentan por tradición de los pasados, que una mujer llamada la Gansa, 
salía al camino de otro lugarejo vecino á tratar á solas con el cura de allí, que se llamaba 
Lobo. Camtimpalos ó Cantipalos, es cerca de Segovia; el otro lugarcillo del cura ya está 
despoblado. El vulgo ha trocado este refrán en el otro: El ánsar de Cantimpalos ó 
Cantimpalo, porque á los nombres que comienzan en A, aunque sean de hembras, se pone 
el artículo el: el ánsar, por la ánsar hembra.
 
               No sabemos que era lo que trataban Gansa y Lobo a solas...
 Otros refranes sobre gansos, que posiblemente tengan también origen en un cuento 
Asturiano o Gallego (ya que Payo (Pelayo) y Olaya (Eulalia) son nombres de estos lugares) son 
los siguientes:
 
Como el hijo de Payo, que murió
de la coz de un ganso.
 
Como la hija de Olalla, que murió
de la coz de una gansa.
 
               Sobre ánsares todavía encontramos otro refrán en la obra de Gonzalo Korreas:
 
Hierba pace quien lo ha de pagar;
y era un ánsar.
 
               Después de los gansos encontramos varias referencias a patos y ánades en general como 
aves de corral de poco provecho:
 
Ni patos á la carreta, ni bueyes á
volar, ni moza con viejo casar.
 
Ánade, mujer y cabra, mala cosa
siendo magra; ó no quiere ser magra.
 
  También se refiere a ellas como “aves de cuchar” (“aves de cuchara”, por la forma de su pico):
 
Ave de cuchar, más come que val.
 
Ave con cuchar, nunca en mi corral.
 
Ave con cuchar, nunca entre en tu corral.
 
               Aclara Korreas: “Porque son muy tragones, ánsares y anadones, y tienen el pico 
como cucharones”
 
               Sobre otros aspectos de la vida de los patos tenemos uno que hace referencia a su voz, 
y además cita a otra anátida: el cisne.
 
Canta el pato entre los cisnes.
 
               Aunque el refrán destaca la voz del pato como fea y tosca al lado de la de los cisnes, 
hemos de decir que aunque el cisne es paradigma de belleza, su voz no lo es tanto, y es tan ronca 
(o más) como la del “pato”. 
 
               Un último refrán:
 
Cantando las tres ánades, madre.
 
               Gonzalo Korreas explica este refrán:
 
Dícese denotando facilidad en hacer algo, para significar el placer y poco cuidado con 
que andan algunos; tomada la semejanza del cantar viejo: las tres ánades, madre, solas 
van por aquí, mal penan á mí.
 
               No se si recordaréis este cantar viejo, del que ya hemos hablado cuando vimos las 
aves que aparecen en las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes, en concreto en la La ilustre 
fregona, es una canción que aparece en el Cancionero de palacio de Juan Arrieta (siglo XV)   
con el título Dos ánades madres, que podemos escuchar en www.youtube.com/watch?v=S5yt-WEKtIM.
 

martes, 8 de enero de 2013

Aves Olvidadas: Tifas y Tifillas



            En esta ocasión vamos a tratar de rescatar del olvido unas aves que Diego Fernandes Ferreira cita en Arte de la caça de altanería (editado en 1616), se tratan de la Tifa y la Tifilla.
            El autor las menciona en varias ocasiones en su texto:
 
[por los pájaros pequeños como ruyseñores y tifillas y a los abadejos blancos y negros y mirlas ]

[Pasados los meses de verano y estío, tiniendo nuestras aves ya criados sus hijos, así cigüeñas como garças rubias, martinetes, collareros, zanbrallos, golondrinas, ruiseñores, papahigos, tifas, gaios, abejorucos, torcaces, tórtolas y otras muchas ]

[y esto tanto assí que no se olvidó de las tifillas pequeñuelas ni de las vizvitas, acordándosse de las peñatas, herreros y reatines y de otra grande caterva de páxaros pequeños]

            Lo primero que observamos es que debe tratarse de un paseriforme, pues lo cita entre otras aves de este grupo, como Ruiseñores (Luscinia megarhynchos), Papahigos (posiblemente Sylvia sp), Gaios (Garrulus glandarius) o Vizvitas (Anthus sp.). 
            Los dos últimos fragmentos son los que más no pueden ayudar a la asignación del nombre a una especie o grupo de la taxonomía actual. En el primero de éstos menciona la Tifa junto a los Papahigos (Currucas actuales), pero el segundo cita la Tifilla junto a las Vizvitas (Bisbitas de hoy), ¿aparecen junto a esas aves por azar, o lo hacen por estar vinculas taxonómicamente? En otras ocasiones hemos visto que en general los autores de esa época solían mencionar las especies en base a ciertos criterios prototaxonómicos, por lo que es posible que sean pistas que nos ayuden a la identificación, pero de cual fiarnos si Currucas y Bisbitas son grupos diferentes. La verdad es que en la documentación antigua no hemos encontrado más referencias que nos ayuden, pero si en recopilaciones de nombres aves, que parecen corroborar esta idea. Así en la página www.antoniopestana.es/vernaculos.html, Antonio Pestana asigna la voz Tifa a pequeñas aves nerviosas como las Currucas y las Lavanderas, y da dos nombres concretos recogidos en Cordoba: Tifa de los figos y Tifa de las uvas. Estos dos nombres parecen designar a aves del primer grupo (las Currucas) que tienen hábitos que las pueden vincular a las higueras y vides (recordemos que otro nombre que se les da es Papahigos), por lo que es más que probable que se traten de estas aves. 


       En cuanto a las Tifillas, creemos que se trata del género Motacilla (al menos en el texto de Diego Fernandes), ya que en el tercer fragmento las vincula a los Bisbitas (de la familia Motacillidae), y como vimos los nombres populares que se conservan vinculan Tifa también a las Lavanderas. En el Diccionario de los nombres vernáculos de Aves de Francisco Bernis (1995) aparece Tifina para el género Motacilla, lo que apoya nuestra tesis.