lunes, 21 de abril de 2014

Las aves en los clásicos de la literatura ibérica: Las aves del Cid


    Mi gusto como lector se acrecienta cuanto más lejano en el tiempo está el origen de la obra, quizá porque me gusta ver los entresijos de la vida cotidiana de épocas lejanas, es una lástima que apenas existan textos ibéricos más allá del siglo XIV. En ese siglo apareció uno de los textos más antiguos escritos en castellano, el Cantar de mio Cid (se baraja el año 1307 como fecha de escritura de alguno de los manuscritos), que recogía de forma escrita los romances que se venían cantando desde mucho tiempo atrás sobre los avatares del destierro de aquel mítico caballero, ¿hallamos alguna referencia a las aves en esta obra?
  Al comenzar el Cantar, una vez que es expulsado del reino, se va con lo mínimo para el camino, prescinde de todo lujo, y no se lleva el bien más preciado para cualquier caballero, las aves de caza, el texto dice así:



Vio puertas abiertas e uços sin cañados
alcandaras vaçias, sin pieles e sin mantos
e sin falcones e sin adtores mudados



    Esta es la única ocasión en la que se nombran aves en todo el romance, quizás motivado por que Díaz de Vivar prescinde de todo lujo y diversión hasta no recobrar su honor perdido, siendo una de las “penitencias” que se autoimpone abstenerse de las prácticas venatorias. Es una lástima que no se mencionen más aves en esta obra del siglo XIV, ya que no abundan las fuentes literarias de tan temprana época, y son de gran valor para conocer muchos aspectos de la vida cotidiana, entre ellos la relación de aves que se usaban para cazar o las que eran cazadas.
    Existen otros romances y cantares sobre este afamado personaje, pero nos ofrecen prácticamente la misma información, quizá una de las más interesantes es el fragmento de las Vistas de Fernán González y el rey de León, que aparece en la precuela El Cantar de Rodrigo y el rey Fernando (Reliquias de la poesía épica española de Menéndez Pidal, de 1951), donde se pone el precio al valor de un azor y un caballo (en otra entrada hablaremos más tendido sobre el tema):

En León son las cortes.
Llegó el conde lozano;
un cavallo lleva preçiado,
e un azor en la mano.
Et conprogelo el rey
por aver monedado:
en treynta e çinco mill maravedis
fue el cavallo e el aços apreçiado.

    En otro fragmento este mismo romance, La quinta lid campal, encontramos un dato que puede ser de interés, pues se nombran tres halcones, mientras que de azores no se nombra número, indicando quizá que los halcones fuesen más apreciados que los azores:

et açores mudados,
et tres falcones,
los mejores de los reinados


    Existen varias versiones de un romance en el que Ximena Gómez (y digo Ximena y no Jimena, ya que era su nombre real, y así aparece en las ediciones críticas) denuncia al rey los tratos despectivos de su marido Rodrígo Díaz de Vivar, y es que, al contrario del amor expresado por Sofía Loren a Charlton Heston en la superproducción de Hollywood de El Cid (1961), el matrimonio fue muy desavenido, hemos de tener en cuenta que el propio Cid mató al padre de Ximena, el conde Lozano, y que en compensación el rey obligó al Cid a casarse con ella, así la pobre dama, se lamentaba en el texto del Romance de Ximena Gómez, aparecido Silva de varios romances (1550):

Cada día que amanece,
veo quien mato a mi padre,
y me pasa por la puerta
por me dar mayor pesar,
con un falcon en la mano
que trae para cazar;
matame mis palomillas
que estan en mi palomar.

    Como vemos menciona la cría de palomas como entretenimiento de las damas, un nuevo ejemplo de esto lo encontramos en Romance de como Ximena Gómez, hija del conde Lozano, vino a querellar al rey del Cid (recogido por Juan de Escobar en Historia y Romancero del Cid, de
1605).

cada día que amanece
veo al que mató a mi padre
caballero en un caballo,
y en su mano un gavilán
por faceme más despecho
cebalo en mi palomar,
matame mis palomillas
criadas y por criar.

    Como vemos los textos del Cid, apenas nos aporta datos sobre las aves, ¿qué sucede en otras obras medievales? Lo veremos en próximas entradas.
 

1 comentario:

  1. Sin embargo en el Cantar del Mio Cid - Cantar primero - Destierro del Cid se lee:

    2
    Agüeros en el camino de Burgos

    Ya aguijan a los caballos, ya les soltaron las riendas.
    Cuando salen de Vivar ven la corneja a la diestra,
    pero al ir a entrar en Burgos la llevaban a su izquierda.

    La corneja según la posición indicaba un buen o mal augurio.

    Versión en español moderno de Pedro Salinas

    http://www.ciudadseva.com/textos/poesia/esp/cid/cid01.htm

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