En
la entrada que publiqué el 20/12/2012 sobre el poema del siglo XIII el “Debate en entre Elena y María”, entre
las aves que mencionaban aparecían dos que desconocíamos de que especie se
trataba, eran el lengulado y el pelisco. Veamos de nuevo el fragmento en
el que aparecían, y en el que se detallaba un buen número de aves comunes:
El ruiseñor, que es
buen jogral,
aquella corte fue morar;
don açor e don gavilan
en aquella corte estan
don cerrenicalo e don falcon,
don ... imo e don pavon,
el gayo e la gaya,
que son jograles de alfaya,
el tordo e el lengulado
e don palombo torcado
e el estornino e la calandra,
que siempre de amor cantan,
el pelisco e la sirguera,
que de todos los buenos eran
aquella corte fue morar;
don açor e don gavilan
en aquella corte estan
don cerrenicalo e don falcon,
don ... imo e don pavon,
el gayo e la gaya,
que son jograles de alfaya,
el tordo e el lengulado
e don palombo torcado
e el estornino e la calandra,
que siempre de amor cantan,
el pelisco e la sirguera,
que de todos los buenos eran
La
verdad es que ya daba por perdido el asunto de identificar a que especie
correspondían estos dos nombres, cuando entró en escena el compañero bloguero Alex Mouchard, editor del blog Historias zoológicas, de temática afín a este, pero sobre temas principalmente argentinos
y sudamericanos, y que recomiendo que visitéis. Pues bien, en su incansable
búsqueda consiguió identificar la especie a la que se refiere la voz pelisco, en un lugar un tanto atípico,
en el foro de la ciudad de Cáceres (que le llevó hasta allí es un misterio). Resulta
que en dicho foro alguien contó una historia que todos hemos oído de culebras
que se cuelan en las casas para mamar de los pechos de las madres lactantes, el que contaba la historia
mencionaba a un personaje de mote “el
pelisco”, el autor aclara que es “el
pájaro petirrojo, que aquí llamamos “pelisco”, es una diminuta ave, con el
plumaje del cuello de un fuerte color rojo anaranjado, nervioso, moviendo su
cola levantada de arriba a abajo de continuo, cuya presencia, casi familiar y
habitual en estos pagos, no es difícil de observar y ver posado durante la
primavera y el otoño, sobre las ramas de algún árbol sea olivo, cerezo,
manzano, higuera, peral..., merodeando y moverse inquieto entre la espesura de
los frondosos zarzales.”, ahí lo tenemos el pelisco es el petirrojo europeo, al menos en Cáceres, quien me iba
decir que el ave que buscaba era la misma de mi propio nick: Raitán.
Y
sobre el lengulado de momento no hay
novedades, aunque el hallazgo de Alex me ha dado fuerzas renovadas para
continuar, hoy mismo hemos conseguido localizar una pequeña nota manuscrita en el corpus del legado de Miguel Gual Camarena (investigador del comercio medieval en otras cosas) y que ha publicado la Universidad de Murica, la nota, sacada de la edición de Menéndez Pidal del mismo poema que nos ataña
dice lo mismo que nosotros: ave desconocida:
Quiero
agradecer a Alex Mouchard las molestias que se ha tomado al remitirme el
resultado de sus pesquisas.