lunes, 24 de diciembre de 2012

Las aves en los clásicos de la literatura ibérica: Papavientos, Sapos voladores y Chotacabras



       Releyendo una traducción de la Encyclopedia metódica de Louis Jean Marie Daubenton (1788), me llamó la atención la mención de un ave cuyo nombre ha caído en desuso, Papavientos, y quizás fuese un nombre mucho más acorde con los hábitos del género Caprimulgus, que es al género al que nombra la voz normalizada como Chotacabras (voz de origen casi mitológico). El autor citado nos dice además:

[Los nombres por los que es mas conocido este páxaro son los de sapo volante y chotacabras]

De entre los nombres que se le dan a ave este es quizá la que más se aproxima a los hábitos de este grupo, que vuela con la boca abierta con el fin de cazar los insectos que forman el aeroplancton, por contra, como ya apuntamos, la voz normalizada tiene un origen basado en una creencia popular, aunque Bernis lo daba como el más extendido, cosa que no parece ser así ya que la voz Papavientos aperece en muchos lugares de la Península Ibérica.

Las Obras completas de Buffon, traducidas y comentadas por Antonio Bergnes y de las Casas (1832), hablan con acierto sobre el tema:

[Cuando se trata de dar un nombre á algún animal, o lo que viene á ser lo mismo, elegir uno entre muchos que se le han dado, fuerza es á mi ver preferir el que presente idea mas justa de su naturaleza, propiedades y hábitos, despreciando los que tiendan á acreditar falsas ideas ó á perpetuar errores. Siguiendo este principio, deseché los nombres de Mama-cabra, Sapo-volante, Grande mirto, Cuervo nocturno, y Golondrina de cola cuadrada, dados por el vulgo ó por los sabios al ave de que se trata. Refiérese el primero á una tradición, en verdad muy antigua , pero mas sospechosa aun, por ser mas difícil suponer en un ave el instinto de mamar de una cabra, como á esta, la complacencia de consentir que el ave la chupe, siendo igualmente incomprensible cómo mamando aquella, pudiera hacer perder á esta su leche. Por esto, habiéndose Schwenckfeld informado exactamente en un país donde había numerosos rebaños de cabras en aprisco, asegura no haber oído decir á nadie que jamás se hubiesen ellas dejado chupar por ninguna ave. Ello será que el solo nombre de Sapo-volante haya atribuido á esta ave lo que con mayor fundamento se sospecha de los Sapos.
He igualmente desechado los demás nombres que se le dieron, por no ser ni Sapo, ni Nirlo, ni Cuervo, ni Lechuza, ni aun Golondrina, á pesar de parecérsela en algo, habida razón ya de sus hábitos ya de su conformación exterior, en sus pies cortos, por ejemplo, pequeño pico seguido de ancho gaznate, elección de alimentos y modo de tomarlos, diferenciando con to-do«sto de ella bajo otros aspectos lo que un ave diurna difiere de la nocturna, lo que un ave social difiere de otra solitaria. A mas de que es diverso su grito y desigual el número de sus huevos, que acostumbra depositar en el tiempo de sus viajes á raiz de tierra; y aunque, como se verá mas adelante, existe una especie de Golondrinas de cola cuadrada, ni aun con esta deberá confundírsele. Consérvele por fin, el nombre de Papavientos porque si bien algo vulgar, expresa muy bien la actitud del ave, cuando tendidas las alas, zahareño el ojo y abierta la boca, cuanto puede, vuela con zumbido sordo en busca de los Insertos en que hace presa pareciendo engullirlos con solo la aspiración.
Aliméntase en efecto de Insectos, nocturnos sobre todo, por no romper el vuelo ni empezar su caza sino cuando está el sol poco elevado en el horizonte; y si la empieza al medio dia eso será bajo un horizonte cargado 6 nubloso. No sale en un bello dia sin verse precisado á ello, y en este caso su vuelo es bajo y poco sostenido. Tiene tan sensible la vista, que mas bien le deslumhra que no le da luz el dia claro, de modo
que solo puede ver con débil luz, mas no se crea por esto que vea y vuele en total oscuridad. Encuéntrase en el caso de las demás aves nocturnas, las que con toda propiedad deberían llamarse mas bien aves de crepúsculo.
No tiene necesidad de cerrar el pico para impedir que huyan los Insectos que ha cogido; lo interior de este pico está como empegado de una materia viscosa que parece manar de la parte superior, y que es bastante á retener las Mariposas y aun los Escarabajos, cuyas alas se pegan allí.]

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